El Parque Natural del Carrascal de la Font Roja es uno de los parajes más emblemáticos de la Comunidad Valenciana. Se trata del bosque mejor conservado de toda la provincia de Alicante, donde la vegetación compuesta por robles, arces, fresnos, carrascas, tejos, serbales, rosales silvestres, guillomos y pinos todavía puede brindarnos colores otoñales en un entorno donde es difícil imaginar tanta frondosidad y humedad.
Se suele asociar Alicante a sol, playa y aridez. No sin justicia, esta afirmación tiene gran parte de razón. Pero no toda es así: el norte posee altas montañas que superan con creces los 1000 metros y en ellas se suelen asentar, cuando la implacable mano del hombre lo permite, tupidos bosques mediterráneos de gran biodiversidad. En algunas montañas, como la vecina Serra de Mariola, hay más de 1200 especies de plantas (hasta casi 2000 según algunos autores), que dan cuenta de la riqueza botánica de estas montañas.
La conservación de este parque natural se debe en buena parte a la devoción de los alcoyanos por la Virgen de los Lirios, cuya aparición en 1653 origino la creación de un santuario con un entorno de carácter religioso que, paradójicamente, salvó a este paraje de desforestación. No obstante estos bosques han sufrido algunos incendios, siendo el más importante el ocurrido en el año 1840.
Como protección de este entorno natural, solo se puede visitar siguiendo las rutas trazadas por lo que, previa visita al Centro de interpretación del Parque, nosotros les proponemos un itinerario por su cara norte, según describimos a continuación:
Itinerario
Partimos desde el Santuario de la Font Roja , junto al Centro de interpretación mencionado, ascendiendo por unas escaleras situadas a la izquierda, llegando al poco tiempo a una de las áreas recreativas donde nos encontraremos con una pista forestal señalizada como GR-7 que tomaremos hacia la derecha y que se dirige hacia el “Plà de la Mina”. Casi enseguida, y a pocos metros, encontraremos junto a nuestra izquierda, la “Cova Gelada”, una cavidad que merece la pena visitar.
Una vez alcanzado el “Plà de la Mina” tomaremos un sendero que asciende por la izquierda con dirección al “Menejador”, muy bonito de recorrer, con una vegetación frondosa, y durante el trayecto veremos la reconstrucción de una carbonera y nos podremos asomar, a mitad subida, a un mirador con una vista sensacional.
Llegaremos a un camino que tomaremos a la derecha, pudiendo ver en este tramo varios tejos. Llegados al collado el cambio de vegetación se hace patente porque pasamos a la vertiente de solana.
Junto a una balsa de incendios, tomamos la senda a la izquierda que, tras pasar por el desmesurado observatorio de prevención de incendios, culmina en la cumbre del Menejador, a 1.352 metros de altura. La vista desde la cumbre es de primer orden, pudiéndose divisar las 4 mayores alturas de Alicante: la Sierra de Mariola (con los 1.390 m. del Montcabrer) al Norte, Aitana (1.558 m.), Serrella (con los 1.379 m. del Plà de la Casa) y Puig Campana (1.402 m.) al Este, y Carrasqueta y Maigmó hacia el Sur.
Para continuar desharemos el camino volviendo al observatorio de vigilancia y descenderemos por el camino hormigonado de nuevo al collado donde nos encontraremos que se separan tres caminos: el que hemos usado en la subida, uno que desciende por la loma de solana hacia 3 “Cavas” o “pozos de nieve” y un tercer camino marcado en amarillo, que tomaremos en dirección al Oeste siguiendo la loma, encontrándonos con variedad de plantas aromáticas y un bosque bastante abierto, hasta llegar para llegar a la “Cava Coloma”, un antiguo pozo de nieve de grandes dimensiones testimonio del antiguo comercio de la nieve y hielo, tan arraigado en estas tierras y que han dado fama ancestral a Alicante en la elaboración de helados.
Inmersos de nuevo en la vertiente norte, el camino sigue descendiendo hacia el “Mas de Tetuan”, una antigua masía, hoy en ruinas, testigo del pasado agrícola de este lugar. Junto a ella encontramos un tejo monumental. El camino cambia de dirección después de una pronunciada curva adentrándose en el bosque y pasando por el “Mirador de Pilatos” desde donde podremos tener unas bonitas vistas de los bosques de esta sierra. Una vez llegados al “Plà de Gallers”, tenemos la opción de acortar y seguir el itinerario amarillo por el camino para llegar al Santuario pasando de nuevo por el “Plà de la Mina” o alargar la ruta por un paraje que bien merece la pena la visita.
Si decidimos alargar la ruta, cogeremos la izquierda la senda que parte desde el “Plà de Gallers” siguiendo la ruta roja al “Barranc de l’Infern”, que discurre por una umbría muy bonita a través de una senda mucho menos transitada, y cuya duración aproximada es de una hora, El sendero termina en la carretera de acceso al Santuario, al cual volvemos en unos 10 minutos por los escalones que salvan las curvas.
Notas fotográficas
En este recorrido abundan los paisajes los cerrados, los detalles y las panorámicas, con lo que es muy recomendable disponer de un gran angular como un 10 mm o 12 mm en APSC y un teleobjetivo corto (de 55 a 200mm) será de gran ayuda para captar algún detalle y paisajes lejanos.
Asimismo, si tenemos un día total o parcialmente soleado, un filtro polarizador para enfatizar el azul del cielo, contrastar la imagen, limpiar el ambiente y darle volumen a las nubes algodonosas nos será muy útil. Si por el contrario, tenemos más nubes que sol, un filtro degradado de 3 pasos será un aliado indispensable para compensar las diferencias de luz entre el cielo y el suelo, y así no tener que “quemar el cielo” ni dejar muy oscuro el suelo.
La época ideal en un año “normal” para captar el otoño suele ser la segunda o tercera semana de noviembre.